sábado, 10 de agosto de 2013

Periodista "deshumanizado" con el dolor ciudadano


El periodismo nos pone indiferente e insensible ante las tragedias con el pasar de los tiempos. Lo digo con esa dureza al constatar día a día la cantidad de casos que uno observa, escucha, lee o recibe las llamadas telefónicas en la oficina.

Realmente uno que ha pasado por el reporterismo y ha vivido de cerca con el dolor y el drama de las familias ya sea en accidentes de tránsito, incendios, terremotos,  no solo se ve impotente al no poder atender a esa clemencia y llamado de solidaridad, sino que va asimilando que todo esto es parte del trabajo y la vida diaria, como seguramente sucederá a los médicos y otros profesionales.

Esto no significa que no tenga sentido humanitario, ni solidario, sino que uno es consciente que los medios de comunicación tienen sus propias características y necesidades informativas y como un trabajador más no tiene todas las facultades para dedicarse a solucionar o atender pedidos de la ciudadanía que confían encontrar una solución a sus emergencias del momento.

La sensibilidad es constante porque uno no puede cerrar los ojos ante una tragedia y dolor ciudadano.  Uno trata de canalizar algunas solicitudes a las instituciones o contactos correspondientes, pero lo hacemos por compromiso y para no quedar como insensibles ante las personas que nos buscan.

Cubrimos la tragedia y lo acompañados unas ediciones más, pero después pasa al olvido, pero la familia sigue con su dolor y clamando por una justicia o atención a sus necesidades. Sigo preguntándome acerca de la percepción que tendrán estas personas acerca del periodista deshumanizado por el dolor ciudadano. 

Esta última parte me lleva a pensar y reflexionar del trabajo diario que realizamos, teniendo en consideración que toda la información es un bien ciudadano y nos debemos a ellos por su audiencia o lectoría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario