miércoles, 5 de febrero de 2014

Los periodistas somos "populares o no".

La popularidad, el liderazgo de opinión y ser el verdadero "defensor" de los pueblos va ligado a la labor de los periodistas que trabajan en diversos medios de comunicación.  Ligado porque de alguna manera son referentes para gran sector de la población.

Pero, ese liderazgo de opinión se construye poco a poco a la medida que pasan los años de trabajo y con hechos  concretos como por ejemplo el ejercicio honesto de la profesión, ser consecuentes con sus ideas de defensa de la libertad, la democracia y la pluralidad de las opiniones y no claudicar ante las tentaciones de las autoridades o poderes económicos que aveces buscan silenciar una verdadera prensa.

El liderazgo se va construyendo desde un micrófono de una emisora de radio, la televisión, las columnas de opinión de las publicaciones escritas y ahora desde las redes sociales, con una posición clara y de un periodismo responsable.

No me refiero a los efímeros personajes de la televisión que aparecen y desaparecen de la conducción de los noticieros y que aveces se creen personajes populares, solo al aparecer en una pantalla leyendo el telempronter. Eso no es liderazgo.

Tenemos periodistas de ayer y de hoy que han marcado la diferencia en los medios de comunicación y que son referentes para miles y miles de personas no sólo en Lima, sino en el interior del país.

Especialmente en las regiones, los periodistas son más famosos que en la capital de la República porque se identifican más con sus necesidades y sus costumbres para hacer escuchar a las autoridades sus inquietudes y preocupaciones. Lo malo está en quienes claudican o "venden" su línea de opinión a una autoridad local, aveces apremiado por una necesidad económica para financiar sus espacios radiales o sus publicaciones. Cosa que no debe suceder.

Los periodistas trabajamos por el bien y el servicio a nuestros televidentes, radioescuchas o lectores y no buscando ser admirados como los personajes de la farándula. Mi reconocimiento a los colegas que hacen un periodismo serio, responsable y realmente honesto desde sus salas de redacción y que son ejemplos para las futuras generaciones. No al mercantilismo periodístico. Como dicen algunos es preferible morir pobre, pero haciendo un buen periodismo. 

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