Como amantes de esas libertades que nos garantiza una democracia vemos con preocupación el debate generado por el director del diario La República, Gustavo Mohme Seminario, quien luego de su frustrada compra del 54 por ciento de las acciones del Grupo EPENSA, denuncia el monopolio en la prensa escrita creado por el Grupo El Comercio, por haber adquirido las acciones de la empresa que edita los diarios Ojo, Ajá, Correo y el Bocón.
Puede
ser que tenga razón frente al más del 77% del mercado de ventas de periódicos
de circulación nacional que ahora posee el grupo Comercio, pero uno siempre se
pregunta: ¿Qué hubiese pasado si materializaba dicha compra?. ¿La misma actitud hubiese mantenido?. No está
en discusión el compromiso y su absoluta defensa de la democracia y la libertad
de expresión, pues su historia y presente lo demuestra así.
Lo
importante de todo esto, es el debate que se genera sobre la libertad de
empresa y la concentración de los medios en manos de un grupo de poder, que –
según Mohme - constituye “un récord
mundial, pues ese tipo de escenarios no se observa ni en países como Venezuela,
que tienen restringida la libertad de prensa por su gobernante autoritario”.
Más
allá del peligro que constituye esta concentración económica, también hay otros
riesgos que pueden atentar contra la libre empresa, especialmente de los
considerados “chicos”. Se trata de los vendedores de diarios y revistas que se
han convertido en un fortín en este negocio que no permite la participación de
otros como sucede en otras naciones.
Lamentablemente
aquí todo empresario que incursione en
la publicación de un diario o revista tiene que pasar por esta federación para
poder vender sus ejemplares y aceptar sus condiciones. Ahí creo que el
mencionado empresario con acciones en América Televisión tiene otro frente a su
advertencia del monopolio. Ese monopolio hay que romper primero. Sí hace años
que estamos en un libre mercado ¿por qué cada medio de comunicación escrita no
puede optar por su mecanismo de comercialización de sus productos?.
Solo
sería necesaria una licencia municipal para que pueda instalarse una caseta
para que la gente pueda adquirir el diario como se observa en otros países,
pero aquí tenemos que ir a kioskos o ante las personas autorizadas para ese
gremio, para adquirir nuestros ejemplares.
Pero
eso parece que no es factible en este momento, pues muchos empresarios ya
tendrían esos mecanismos de venta de sus diarios y revistas. Una tarea que parece también le compete a
INDECOPI.
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