Son aliados de siempre. Ambos se necesitan y por tanto se buscan mutuamente. Me refiero a los legisladores y los periodistas acreditados al Congreso de la República.
Hoy existe un mal entendido entre las autoridades del parlamento con los representantes de los medios de comunicación. Me refiero a la disposición que restringe el acceso de los periodistas al primer piso del Palacio Legislativo cuando antes la acreditación permitía el libre tránsito por todo el recinto.
Esta medida llama la atención y seguramente es entendible el malestar de las nuevas generaciones de periodistas que lidera el experimentado, Dante Alva, que se ven recortadas sus labores, pero que no debe ser entendida como un atropello a la libertad de prensa que está consagrada por nuestra norma constitucional y los tratados internacionales
Sería bueno saber ¿cómo es el accionar de los periodistas en otros parlamentos del mundo, especialmente en Latinoamérica?, para ver si hay o no ese tipo de restricciones que no impedirá que haya cobertura de las plenarias de las galerías, donde siempre se ubican los periodistas para efectuar su trabajo.
Asimismo, se necesitará mayor coordinación entre los voceros de prensa de las bancadas parlamentarias y los hombres y mujeres de prensa para que haya autorización y de esa manera se mantenga la fluidez en el trabajo diario.
Los cronistas se quejan que no es la primera vez porque primero se anuló el ingreso por la puerta lateral del Congreso de los medios acreditados y luego le retiraron los teléfonos del hemiciclo.
En éste último creo que también es necesario hacerse una autocrítica porque lamentablemente este recinto de las leyes cuenta con enorme cantidad de representantes de los medios de comunicación y no se descarta que haya existido exceso en el uso de las líneas telefónicas. Más allá de esta anécdota es fundamental que haya un diálogo y un trabajo con pleno respeto de los deberes y derechos que tienen los Congresistas y los periodistas.
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