Según estimaciones de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), existen alrededor de la mitad de los licenciados en periodismo sin trabajo en sub especialidad a pesar que la cifra de periodistas con empleo se sitúa cerca de las 30.000 personas.
La estimación de la APM sitúa en 75.346 el número de periodistas que se han licenciado en España desde la creación de la citada carrera profesional. Sólo en el año 2011 se han matriculado un total de 19.068 estudiantes en la carrera de Periodismo, mientras que el número de licenciados este mismo año ha sido de 3.054 personas. El porcentaje de mujeres licenciadas en esta carrera es del 70%, lo que, explicaría el mayor número de mujeres sin empleo en el sector.
La televisión continúa siendo el medio más fiable, aunque arroja un porcentaje por debajo de años anteriores (31,7%). Por su parte, la prensa de papel y la radio progresan respecto a 2010 y obtienen cotas del 25,5% y el 19%, respectivamente.
Madrid se sitúa como la comunidad autónoma con mayor número de desempleados (3.045). Además, se ha registrado un aumento del pluriempleo en la profesión y casi tres de cada diez encuestados trabajan para más de un medio.
Este panorama nos hace reflexionar de la situación de los periodistas en general. Sí bien existen mayores posibilidades de mercado gracias a las nuevas tecnologías de la información y la expansión de radios y canales de televisión por cable y regional, no es lo mismo el nivel de demanda de los comunicadores.
Sólo a nivel de Lima se observa la carencia de esas oportunidades de empleo para los egresados en comunicaciones. Me hace recordar los años en que estudiaba maestría en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (2005 – 2006) cuando hicimos diagnóstico de la realidad comunicacional y las oportunidades de ocupación.
En ese momento, en el debate académico planteábamos la suspensión temporal de los exámenes de admisión a cada una de las universidades que ofrecen esa especialidad. Claro era una idea que transcurrido los años sigue vigente.
Ahí se recordó que por ejemplo la Universidad San Ignacio de Loyola había cerrado su inscripción para la facultad de Educación. Es una tarea para la Asamblea Nacional de Rectores, las propias autoridades universitarias, congresistas u otras autoridades vinculadas con el quehacer académico analizar esta posibilidad.
Aquí no se busca ir en contra de las aspiraciones de miles de jóvenes que sueñan con ser periodistas, pero también es deber de las autoridades alertar y advertir de la carencia de oportunidades de empleo.
Es mejor prevenir que causar posteriormente frustraciones de quienes seguramente sueña trabajar en un canal de televisión, una radio, comunicación corporativa o de desarrollo sustentable, la era digital, las oficinas de imagen institucional del aparato estatal, entre otros.
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