viernes, 30 de diciembre de 2011

Argentina: Presiones y amenazas contra la prensa en la era de los Kirchner

Sergio Schoklender revela esta vez la tortuosa relación que sostuvo Néstor Kirchner, y que ha continuado su viuda, Cristina Fernández, con los medios de comunicación argentino. Asegura que desde el oficialismo se ordena el pago de sobornos a los medios afines, y adictos al kirchnerismo, y que se niega la publicidad estatal y se amenaza con juicios e intervenciones a los diarios y canales de Tv que critican al gobierno.
En su libro dice que “todo entrevistador tiene su precio”; yo le pregunto cuándo me va a pagar el mío. Se ríe: reírse suele ser una salida. Pero Schoklender cree saber que los medios argentinos “viven de la extorsión y de la compra de los espacios por parte de la dirigencia política”.
–Todos tienen que aportar para que no hablen mal de ellos. Si vos sos gobernador o intendente de una ciudad grande y no aportaste tu cuota mensual, mañana salen artículos pegándote o, mejor dicho: mostrando la realidad de tu provincia, escrachándote a los cuatro vientos. Solo para que no te mencionen, tenés que pagar. Y eso lo aprendí tarde, eh. Yo cuando empecé en esto era el tipo más ingenuo del planeta, no conocía nada. Yo me acuerdo de estar con alguna consultora, por ahí Doris Capurro, que está como una gran asesora de Cristina, y escuchar que la llaman por teléfono y cómo, ¿todavía no te llegó lo de este mes? Ah, esperá que ya lo llamo, y llamar al gobernador tal para decirle que no había mandado la cuota para el medio tal del aporte mensual de publicidad oficial… Eso es para que no hablen mal. Si vos además querés que hablen bien, y empezar a existir en el imaginario popular, ya es otro precio distinto. Dos líneas en un diario, donde se mezcla la necesidad de este modo de hacer política con el narcisismo que todos tienen, son precios altos. Esas dos líneas son carísimas. Y así es, en general, el tipo de periodistas y de prensa que tenemos.
–Sin embargo, cuando las Madres hicieron aquel “juicio ético a los periodistas” dijiste que no estabas muy de acuerdo.
–Yo no estaba de acuerdo en esas movidas de Hebe. Eran medidas consensuadas con Mariotto para pegarle a tal grupo, al grupo Clarín, a fulano o mengano, y aprovecharlo como una tribuna para salir en defensa de la ley de Medios y en contra de fulano de tal, y no una reivindicación de otro modo de hacer periodismo y de hacer justicia. Y esta cosa indiscriminada de Hebe de son todos una mierda, no sumaba nada. Pero era su manera, ella siempre redoblaba la apuesta. Por supuesto desde el gobierno la alentaban, le daban manija. Cuando la llamaban y le decían Néstor y Cristina te vieron, se emocionaron, se les caían las lágrimas con lo que decías, te podés imaginar que ella se hinchaba como un pato. Y al día siguiente, quién carajo le pone el bozal…. Seguía diciendo boludeces.
–Decías que Néstor era el que alineaba los medios.
–Néstor era el que los llamaba y les decía déjate de joder con este tema porque te corto las patas, te saco la pauta oficial y además te volteo tres empresas.
–¿A Clarín?
–A Clarín, a La Nación, a Haddad, todos los medios. En el caso de Cristina es distinto. Porque Néstor te utilizaba la caja más el poder político. Cristina delegó todo eso en Abal Medina, y él maneja con pauta: te retraso los pagos, te libero los pagos. Pero no es lo mismo Abal Medina que Néstor, claro.
Hoy verlo como jefe de gabinete es un escenario trágico, al 2015, porque no veo recambio. Te pueden construir un candidato mediáticamente todavía, pero no hay una generación política y una organización. No hay debate de ideas. No hay un proyecto de país.
–Bueno, hay una generación que se plantea como el recambio para 2015. Los muchachos de la Cámpora…
Le digo, porque en su libro dice que son “montón de yuppies que quieren tener su oficina, una secretaria con minifalda, auto con chofer y sueldos disparatados”. Schoklender se exalta y dice que son pendejos que no tienen la más puta idea de nada. Violeta, la perra, quiere que le tiren la pelota, ladra, salta.
–Son pendejos que no tienen la más puta idea de nada, que no tienen historia de militancia. Son pendejos que lo único que les interesa es garantizarse un sueldo, tener un pequeño séquito y se matan por tener más puestos para repartir y tener gente a su cargo. Esa es la política que nos están dejando para el 2015. El problema no es el hoy, el problema es que no hay una construcción política y una apuesta a largo plazo en este país. Son tantas las miserias que no hay políticas a largo plazo. No hay un plan estratégico, no hay un plan quinquenal; te la dibujan, pero la realidad es que sobrevivimos porque somos un país increíblemente rico, 40 millones de gatos locos y porque veníamos de una devaluación salvaje. Pero no hay un proyecto de país que nos convoque y que nos una a todos, no hay una propuesta. Nunca Cristina –ni Néstor– se levantaron a decir esto es lo que queremos en educación, en salud, en vivienda, esta es la propuesta, tenemos que generar un consenso en esta dirección.
Pero Néstor, dice, fue un tipo con unos huevos como ninguno, capaz de enfrentarse a los grandes grupos, el tipo al que le debemos no estar en el ALCA, el que le dio impulso a la alianza con Brasil, que le dio dignidad a la política internacional argentina, que le hizo frente al Fondo Monetario Internacional.
–No, los méritos de Néstor son incontables, con todos sus defectos como ser humano y de su modo de hacer política.
Y que Néstor, otra vez, tenía unos huevos así de grandes y pudo hacer tanto aunque, por supuesto, insiste, él también estaba metido en todo este kilombo.
–¿Qué querés decir, metido en todo este kilombo?
–A Néstor no se le escapaba nada. Néstor estaba al tanto de todo. Él arranca de menos diez, sin un caudal político propio, sin recursos, sin estructura. Vos en cada lugar donde ibas te encontrabas con funcionarios que habían estado con Menem, o Duhalde y ahora son kirchneristas. Es el caso como el Vasco, el intendente de Exaltación de la Cruz. Yo le pregunté un día pero vos Vasco al final con quién estás. Y el tipo decía yo soy peronista, yo estuve con Menem, con Duhalde y con Néstor; yo soy peronista, decía.
–¿Vos decís que el sistema de corrupción estaba manejado por Kirchner también?
–Néstor les requería a todos ellos caja, no para el lucro personal sino para el mantenimiento de toda esta estructura y de las organizaciones sociales. Estas organizaciones que fueron punta de lanza, los de D’Elia, los Pérsico, hasta Castells. Todos recibían, todos pasan por caja. No digo que se hayan enriquecido a modo personal, pero toda esta estructura clientelar que arman necesitaban financiarla. Y para eso Néstor les pedía a todos, por supuesto, y si yo te pido a vos que separés tanta guita, después no te puedo tocar el culo porque también separaste para vos. Y por supuesto, yo como Presidente de la Nación puedo mostrar públicamente que estoy repeleado con los grupos económicos, pero los grupos económicos son parte de la vida cotidiana del país, entonces no me puedo pelear tanto. Me acuerdo que cuando recién asume Macri en Buenos Aires cancela todos los pagos a la Fundación (Madres de Plaza de Mayo) y nosotros teníamos el 90 por ciento de las obras acá en la ciudad. Entonces le hacemos un escrache en la casa del Presidente del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires. Después de ahí vamos a escrachar a Petrini, un vendedor de jugadores de Boca que Macri lo había puesto de Director del Instituto de la Vivienda. Íbamos custodiados con policías en moto, con micros que nos habían puesto ellos.
–¿Ellos quiénes?
–El Gobierno Nacional. Y de ahí íbamos a hacerle un tercer escrache a la puerta del country donde vive Nicolás Caputo, dueño de la empresa constructora más grande del país. Y entonces se ve que el comisario a cargo del operativo avisó, porque me llama José López, el secretario de Obras Públicas, y me dice Sergio, no, con Nicky no, por favor, ¿cómo van a ir a lo de Nicky? Con Nicky somos amigos, estamos haciendo algunas cosas juntos. Claro, con Caputo tenían sus negocios. Arriba, digamos, son todos socios. Néstor podía pelearse, pero no podía pelearse tanto con algunos sectores.
Para pelearse siempre tuvo, sabemos, a Guillermo Moreno. El secretario de Comercio cumple una función que existe en todas las estructuras: ser el malo que concentra los odios –para que los demás circulen más livianos–. En medio de tanto denuesto contra el secretario, me había sorprendido ver, en el libro de Schoklender, su defensa.
–Decís que “Moreno es el único incorruptible, intachable, duro y loco como una cabra pero incorruptible”.
–Yo me sorprendí con eso. Moreno es un bicho raro. Es un cuadro peronista, un viejo cuadro peronista de derecha. A Hebe siempre la miraba frunciendo la nariz. Y es el tipo que sigue viviendo en el departamento que compró a través del Instituto de Vivienda de la Ciudad hace no sé cuántos años. Es el tipo que el día que se vota la 125 estaba furioso y se para arriba del escritorio diciendo acá hay que salir a cagarlos a tiros. Si vos no tuvieras un tipo como él, ¿cómo hacés para enfrentar a los grandes grupos económicos? ¿O vos te creés que hay que ir por las buenas, negociando, amable? Es el tipo que no lo he visto –y he estado muy adentro– recibir ni una sola coima, jamás lo he visto liberar un pedido de aduana porque había guita. Lamentablemente lo he visto liberar pedidos de aduana o tomar resoluciones porque Néstor le decía que lo hiciera. Realmente era el cuadro, consciente de la verticalidad del movimiento, subordinado totalmente a las órdenes primero de Néstor y después de Cristina, pero leal y duro como una piedra. Y de los tipos más interesantes para escucharlos hablar.
–¿Por qué?
–Es un tipo de una formación increíble, te da un gran panorama del movimiento económico y social, pero lo que pasa es que tiene prohibido hablar.
–¿Y por qué tiene prohibido hablar?
–Porque en algún punto todos son amigos.
–¿Todos quiénes?
–La dirigencia política y los grandes grupos económicos son la misma ensalada, no es que estén en dos puntas opuestas. Yo siempre recuerdo esa anécdota, que me contaron los tipos que estaban ahí, en una reunión con todos los ministros y subsecretarios, y entonces Moreno se para y dice: Muchachos, para estar en el gobierno hay que ser un corrupto hijo de puta o hay que ser un militante o hay que ser un inútil que no consigue otro trabajo. Yo soy un militante, dice, y mira a todo el resto y nadie abre la boca. Un tipo con la autoridad moral para decirle a sus pares yo no choreo, ni para la corona; acato órdenes, de última, en determinados momentos.
Se ve que, de algún modo raro –o no tan raro– lo admira. O, incluso, lo envidia: es alguien que ha encontrado su lugar, su diferencia. (Nota de  Martín Caparrós - Diario 'El País' de España – reproducido por La República).

No hay comentarios:

Publicar un comentario