lunes, 17 de octubre de 2011

La prensa no es perfecta

 El panorama es, por decir lo menos, preocupante...
Sí. Diría que hay un deterioro constante en los últimos años en torno a dos problemas fundamentales: el crimen organizado y el de los gobiernos autoritarios que restringen la libertad de expresión a través de leyes y ataques a la prensa independiente. En lo primero hay, entre México y Honduras, más de 20 periodistas asesinados en menos de un año, lo que revela lo peligroso que es ejercer el periodismo.
Y ahora resalta más, ¿no?
Diría que se ha trasladado. Hace casi una década era Colombia, pasó a Brasil y ahora está con más energía hacia el norte, aunque sigue en el sur. Pero es verdad que pasamos uno de los periodos más dramáticos para los periodistas. 
¿El narcotráfico tiene más fuerza ahora?
Los cárteles se han expandido. Ya no se ubican en un solo país. Antes Centroamérica y México eran solo una ruta, ahora son un campo de batalla, y los narcos pelean por territorios. Obviamente, hay mucho interés en callar a la prensa.
¿Qué hace la SIP ante ello?
Queremos que los gobiernos se involucren, y los Estados asuman la responsabilidad y protejan el ejercicio periodístico. En la medida que los crímenes contra periodistas se mantengan bajo el manto de la impunidad, van a continuar. De parte de la prensa, hay que evitar riesgos, tomar medidas de prevención...
¿Habla de autocensura?
No, pero para evitar la autocensura hay que capacitar a los periodistas para que sepan cómo trabajar en zonas de riesgo, minimizar los peligros para poder mantener a más periodistas vivos.
En lo geopolítico hemos escuchado hablar de un eje de países en riesgo, citando a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina...
Diría que empieza por Venezuela, con una reforma constitucional y una maraña de leyes restrictivas: se modificó el Código Procesal Penal, se aprobó una ley sobre contenidos en medios radioeléctricos y otras normas con el fin de controlar y reducir los espacios de libertad de prensa y, por lo tanto, también el flujo informativo. Luego se ha replicado en Bolivia, en Argentina y, este año, con más fuerza en Ecuador. ¿Por qué? Porque quien tiene la información tiene el poder; y la prensa, al replicar la información, la democratiza, cuando el gobierno la quiere para sí. 
Pero esos gobiernos afirman tener al pueblo de su lado…
Hay una distorsión muy fuerte. Son gobiernos que sí tienen su inicio en un proceso democrático, pero luego lo acondicionan a su antojo y actúan como auténticas dictaduras. Hay coincidencias entre Ecuador y Venezuela: sus gobiernos prácticamente controlan todos los poderes del Estado. ¿De qué democracia hablamos?
Aun a la SIP le cuesta desprenderse de la imagen de representar a los empresarios…
Y lo seguirán diciendo, porque la SIP es una institución de medios de comunicación. Representamos a empresas periodísticas, pero defendemos el principio de la libertad de expresión.
¿Con autocrítica?
Siempre. Debemos reconocer que la prensa no es perfecta, pero no aceptar que quien pretenda calificar a la prensa sea el gobierno. ¿Quién puede decidir cuál es buena o mala prensa? Para un gobierno autoritario, la prensa que no replica lo que ellos quieren escuchar, se convierte en un blanco.
Pero la población se da cuenta cuando un medio defiende intereses particulares. En el Perú pasó eso en las elecciones recientes…
Los medios que mienten a la población, de a poco son rechazados por el pueblo. La prensa independiente subsiste siempre. Los gobiernos pasan, la libertad de expresión, inherente a la persona,  permanece, y nosotros con ella.
¿Cómo tomar mejor el aporte de los nuevos medios?
Las redes sociales son un valioso canal de libertad de expresión. A más voces, más libertad. Es curioso, pero ya hay procesos judiciales en los gobiernos autoritarios a blogueros y a ‘tuiteros’. Es interesante también porque demuestra que la libertad de expresión no es propiedad de los periódicos.
¿Y qué hacer ante los medios que se olvidan de todo principio en el afán de vender?
Los periódicos que se quedan en las fotos de mujeres calatas o los chismes, se van a quedar también,  van a verse afectados. La credibilidad es el valor más importante que tenemos, y la prensa que la mantenga sobrevivirá.
“Estamos atentos al Perú. Hay buenas señales”
¿Cuál es la principal dificultad que tienen para actuar más eficazmente?
En esta guerra de largo camino que se libra hoy, necesitamos estar de la mano con la sociedad. Solo así podemos denunciar los ataques a los medios, acompañarlos ante la Corte Interamericana. Pero falta hacer más. Los gobiernos pueden darse el lujo de rechazar nuestras resoluciones, pero el costo de desgaste ante la opinión pública es importante.
¿La SIP también temía por Ollanta Humala, como un sector de la prensa peruana?

La SIP no actúa por temores ni por percepciones, sino ante hechos. Estamos atentos al Perú como lo estamos ante cualquier otro país con cambio de gobierno.
¿Han detectado alguna señal peligrosa hasta ahora?
No. Al contrario, es un buen mensaje que el presidente Humala haya aceptado estar mañana (hoy) en nuestra asamblea; vamos a ver qué propone, cuál es su visión sobre la libertad de expresión.
¿Sabe que él no se comunica a través de los medios? Él prefiere Twitter…
Eso no es bueno, igual el presidente Kirchner no daba conferencias de prensa… Pero mejor vamos a poner atención a su mensaje de hoy... (Fuente: La República).

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